Chele Gonzalez: “Los aborígenes filipinos no se asustaron con la erupción. Sabían que las tierras serían más fértiles”

El chef Chele González ha traído hasta Wordlcanic algunas de las virtudes de la tierra filipina que le acoge, la misma que ha sufrido erupciones que continuadas que han dejado el suelo más fértil”.

El cántabro José Luis “Chele” González lleva once años en Filipinas, donde se ha asentado con uno de los mejores gastronómicos del país. En Gallery by Chele (Manila, Filipinas) cocina con producto local “porque así me ensayaron y porque así soy yo”, sin desperdicio y con respeto al productor, que en su caso es eminentemente aborígen. Con esa filosofía ha llegado hasta Lanzarote, donde ha explicado la relación de los habitantes del país asiático con los volcanes y donde ha cocinado un plato con producto lanzaroteño y sabor filipino: “Un plato que dice quién soy yo”.

González ha empezado contextualizando su país de acogida, uno de los países del mundo con más volcanes activos, y donde la última erupción fue la del volcán Taal, cerca de Manila, justo antes de la pandemia. “Es nuestro día a día”, explicaba. “Los aetas –los aborígenes filipinos- saben muy bien lo que es convivir con los volcanes, incluso reconocieron que cambiaron su cultura tras la erupción del Pinatubo en los 90. Igualmente, no se les ve triste. Saben que el volcán también es su mejor sustento, que convierte en más fértiles las tierras. Por lo que estaban contentos”.

El chef de Gallery by Chele, #90 en Asia’s 50 Best Restaurants, ha finalizado su ponencia cocinando un plato con producto local “como me gusta utilizar” e idea asiática. Un carabinero de Lanzarote envuelto en berza de Cantabria “y con sabor de Filipinas”. Una adaptación de una manera de hacer aborigen que aprendió en sus viajes por el país. Es un plato donde utilizo taro, una planta súper resistente que crece alrededor del volcán Mayón y que ellos utilizan para todo. Nosotros la escaldamos para cocinarla al vapor con el langostino dentro”. Como no ha podido traer taro, ha utilizado hojas de berza. 

La idea y el mensaje eran los mismos: La fertilidad del suelo volcánico y la importancia de cocinar local.