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¿Por qué los suelos volcánicos son los más fértiles del mundo?
Los andolsoes o suelos negros de paisajes volcánicos son aquellos originados a partir de rocas y cenizas de erupciones volcánicas. Son suelos fértiles que soportan gran variedad de cultivos.
Al habla la vulcanóloga francesa y fundadora de la Volcano Active Foundation, Anne Fornier; el geólogo y asesor del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, Llorenç Planagumà, y la propia Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quien pone nombre a estos suelos y los define: Los suelos negros de origen volcánico que típicamente se encuentran en zonas volcánicas llevan el nombre de andosoles y se forman a partir de rocas, cenizas y otros ricos en elementos vítricos.
Los andosoles, entonces, convergen Fornier y Planagumà, son una fuente esencial de alimentos y sustentan valiosos ecosistemas que aportan nutrientes y regulan su ciclo del agua. Son suelos vitales, que soportan una gran variedad de cultivos sobre todo, advierte el geólogo, si la climatología es favorable. “Si lo es, esto es, si llueve, las cenizas del suelo se convierten en argilas con elevadas propiedades para albergar conreos. En cambio, si no llueve esas cenizas difícilmente provocarán ese proceso”. Puede ser el caso de La Palma o Lanzarote, “aunque aquí han sabido, cavando hoyos, combinar esas argilas con las tierras anteriores a la erupción, y el resultad les ha permitido genera vida”.
Especificidades de los andosoles
La palabra "Ando", tomada del japonés, apareció por primera vez en la literatura del suelo en 1949 definiendo los suelos que se encontraban en las zonas volcánicas de Japón y que derivaban de una roca madre concreta, la ceniza. “Desde siempre –apunta Planagumà- se han establecido sustratos agrícolas muy cercanos a los volcanes por mucho que después los volcanes entrasen en erupción. Sobre todo porque esos son suelos muy jóvenes”, además de ricos en materia orgánica y minerales.
Las propiedades agronómicas de los andosoles son muy variables y dependen esencialmente de la naturaleza geológica de la corriente de la que proceden y de su grado de diferenciación (edad de formación). Las formas más ácidas y saturadas de aluminio son el dominio del bosque, donde las especies leñosas poco sensibles a la toxicidad del aluminio (haya, abeto, picea) se beneficiarán de la humedad del clima. En las facies de suelo más fértiles se desarrollan las actividades agrícolas, desde los pastizales naturales y temporales hasta los cultivos de cereales más intensivos.
Además, los andosoles se caracterizan por su importancia ecosistémica, ya que de ellos dependerá la seguridad y la soberanía alimentaria de los países con volcanes, así como la conservación de los ecosistemas en las cordilleras volcánicas.